miércoles, diciembre 31, 2008

Pasión por la pintura

Enrique López • Pintor

M. S. | Actualizado 09.12.2008 - 12:21 HUELVA INFORMACIÓN

Confiesa que la pintura es su pasión, y que para él supone una forma de comunicar sus sensaciones y emociones. El pintor Enrique López Nieves 'Enri', nacido en Canela, barrio marinero de Ayamonte, y afincado en la actualidad en Isla Cristina, se ha consolidado como uno de los más prometedores pintores de la pléyades de autodidactas que surgieron en los últimos años.

A la pregunta de cuándo y cómo comenzó a pintar, el artista recuerda que desde muy pequeño comenzó a participar en los concursos de dibujo que se organizaban en el colegio. "Todavía me acuerdo de aquellos concursos de dibujo, gané muchos premios a nivel local, provincial y regional", recuerda. Por eso, sus padres hicieron un "esfuerzo" y, con 9 años, le llevaron a la calle San Pedro en Ayamonte, donde Don Ramón Delgado 'Moncho' impartía clases de dibujo, lápiz, carboncillo, pastel, etc.

"Pero en aquellos años también conocí a la pintora y restauradora Amalia Gómez Feu, que tenía un estudio en la avenida de Portugal, cerca del mercado de abastos ayamontino", explica.

Entre sus obras recuerda que, entre los años 91 y 99, realizó el cartel anunciador de las fiestas patronales de la barriada de Canela, en honor de la Virgen del Carmen, aunque no fue el único, ya que también anunció las de Punta del Moral, en las que se honra a San Antonio de Padua. En el año en curso realizó el cartel de la Hermandad del Rocío de Ayamonte y ya ultima detalles para el que anunciará las Fiestas de María Auxiliadora en Pozo del Camino.

Son zonas que le traen muy gratos recuerdos de su niñez, ya que en Canela pasaba todos los veranos junto a su abuela Juliana. "Me gustaba correr por la arena de la ermita, bañarme en el río, correr detrás de los cangrejos por en barro y sobre todo disfrutar de las noches viendo las estrellas en el patio peninsular. Ayudaba a mi padre, que en aquel tiempo tenia un barco que desde muy temprano se iba a la mar a trabajar", explica.

Sin embargo, reconoce que el mundo de la mar no era lo suyo. Desde muy temprano supo que lo suyo era la pintura, aunque la escasez de medios de su familia le obligó a llamar a muchas puertas. "Tuve que pegar -dice- en muchas puertas sabiendo no contaba con suficientes medios económicos para el aprendizaje, trabajaba los veranos desde los 11 años y a cambio de el poco dinero que me daban compraba materiales para el uso del dibujo y la pintura. Y ahora después de 30 años y de tener un niño con tan solo siete meses, puedo decir que gracias a Dios trabajo de lo que me gusta hacer".